La leyenda decía que seis novicias que vivían en un convento fueron convertidas en piedra cuando faltaron a sus votos. La séptima virgen debía enfrentar un destino diferente…

Muchos años más tarde, cuando el convento había pasado a ser la mansión de la familia St. Larston, el destino reclamó a otra joven virgen.

La presencia de Kerensa evocó antiguos recuerdos y extraños acontecimientos del pasado. Ella fue la causa que se despertara ese ancestral espíritu de venganza, capaz de llevar hasta la locura, especialmente en noches de luna.